Los gustos musicales de los adolescentes están marcados por los ritmos y géneros que dictan los mercados discográficos y los mass media. Más allá de las preferencias personales, muchas de las canciones de moda transmiten modelos de vida juvenil, concepciones del mundo, que reflejan el clima relativista, y frecuentemente hedonista, que predomina en la sociedad de consumo actual.
La Clase de Religión es un espacio idóneo para que los chicos y chicas tomen conciencia de lo que cantan y bailan, de sus valores y contravalores, una tarea de discernimiento que requiere, entre otras cosas, escuchar con ellos y ellas sus canciones preferidas, y analizarlas a la luz de la visión de la persona humana que brota del Evangelio.
Pero no deberíamos limitarnos a escuchar música del género popular y urbano, tenemos los cristianos y las cristianas un tesoro musical de siglos, íntimamente ligado a la historia de la música occidental, y que forma parte del acervo cultural del cristianismo. Me refiero, en concreto, a la llamada música sacra.
¿Escuchar música sacra en Clase de Religión? Se podrá objetar que no se corresponde con los gustos e intereses de los jóvenes, y que, de plano, es probable que la rechacen; sin embargo estoy convencido que irlos introduciendo en la rica tradición musical del cristianismo, no sólo es posible si se hace pedagógicamente, sino que se justifica sobradamente por las siguientes razones:
2. Favorece la educación del oído musical: Escuchar música clásica en clase contribuye a educar el oído musical, lo cual se complementa con lo que van aprendiendo en la asignatura escolar de Música. Así, hemos de animarles a que aprendan a reconocer notas, escalas, tiempos, géneros, etc.
3. Promueve el conocimiento de los temas litúrgicos y bíblicos: Muchas piezas de los grandes de la música clásica fueron compuestas para la liturgia cristiana o hacen referencia a pasajes de la Biblia, lo que se convierte en una oportunidad para explicar la relación entre el arte musical y la experiencia de la fe. Es más, para comprender cabalmente, y disfrutar, este género musical hemos de conocer su significado litúrgico y bíblico.
4. Contribuye a formar el sentido de la estética: Aunque el concepto de lo bello está mediatizado por la cultura, hemos de enseñar a reconocer los valores estéticos, y universales, asociados a la música sacra: la armonía, el equilibrio, los tiempos, el ritmo, etc., favoreciendo así la formación del sentido de la estética.
5. Favorece la experiencia de la propia interioridad y la apertura a la dimensión espiritual: Escuchar música sacra puede ayudar a descubrir el propio mundo interior y, en algunos casos, predispone al que la escucha a la experiencia espiritual. He observado que en algunas clases tiene efectos pacificadores en el alumnado, y suscita emociones positivas: admiración, fe, autodescubrimiento, etc.
Les pregunto: ¿escuchan música sacra con los alumnos y alumnas en clase?, ¿cuál ha sido su experiencia?
Para completar esta entrada, aquí les ofrezco de Juan Sebastian Bach la conocida Cantata 147, "Jesús, alegría de los hombres"
A través de la fiesta de los enlaces hemos llegado a tu blog, nos gusta mucho, nosotras también tenemos vídeos que hemos realizado para adolescentes, tal vez te interesen para la clase de religión, te dejo un enlace aunque están en youtube y los puedes utilizar si te interesan.
ResponderEliminarhttp://vocacionbenedictina.blogspot.com.es/search/label/MIS%20V%C3%8DDEOS
¡Qué alegría me da vuestro comentario y vuestra visita!!!!! He estado viendo vuestro canal de Youtube, y me ha parecido un material muy interesante para la educación y promoción de la fe en los jóvenes,..Además, me he hecho seguidor del Blog.
ResponderEliminar¡Qué el carisma de San Benito de muchos frutos en este mundo de la RED para que la Palabra del Señor sea creída y el nombre de Jesús sea conocido y amado por muchos!
Me encomiendo a vuestras oraciones, un hermanito vuestro desde las Islas Canarias
Marcelo