¡Bienvenidos al curso!: 10 tips para la 1º clase

Comienza a rodar el curso. Llega la hora de encontrarnos con los alumnos y alumnas de Religión. Sentados en sus mesas nos esperan, expectantes, un grupo de adolescentes. Señoras y señores, se abre el telón, comienza la obra.

En sus rostros, el aletargamiento de las vacaciones ¡Venga ya!, ¡a despertar!

Los años en la enseñanza me han enseñado la importancia de estas primeras semanas del curso. Lo que hagamos en ese tiempo puede ser determinante para el grupo, y marcar la pauta del resto del año escolar. 

Una píldora de realismo: He descubierto que los chicos son grandes psicólogos, y en estas primeras semanas nos estudian: nuestras reacciones, lo que permitimos o no permitimos, nuestras actitudes,... e incluso, sutilmente, los más avispados nos toman el pulso. Quieren ver hasta donde llegamos. Estamos avisados.

Por eso, si desde el primer día dejamos las cosas claras, y ellos observan que somos coherentes entre lo que hacemos y decimos, tendremos una base sólida para construir el clima de convivencia, y lograr en el día a día una experiencia de enseñanza-aprendizaje satisfactoria y motivante. 

No olvidar: Los profesores somos los líderes-responsables del aula, ni por un minuto bajemos la guardia. Si quieres conocer algunos consejos para la gestión del aula, puedes consultar: Trucos para la gestión del aula en la ESO.

Dicho esto, preparemos bien estos encuentros de septiembre que son, como he dicho, decisivos. A modo de resumen, he reunido aquí los siguientes tips para los primeros días de clase:

1. Presentación del docente: Después de saludar al grupo, digamos nuestro nombre y escribámoslo en la pizarra. Al nombre podemos añadir algunas pocas palabras sobre nosotros mismos, los años que llevamos en el centro, nuestra formación, etc.

Sería interesante que tengamos una dirección de correo electrónico para comunicarnos con el alumnado y añadirla a la presentación.

2. Conozcamos los nombres de los alumnos/alumnas: Invitemos a los chicos a decir su nombre delante de todos, ello les ayudará, además, a conocerse mutuamente. Procuremos un clima de respeto y de confianza, sobretodo considerando la timidez de algunos. Si los grupos son de nueva formación, caso de los 1º ESO, podemos hacer alguna dinámica de presentación más elaborada, ya sea agregando alguna pregunta al nombre, etc. 

A mi me gusta, por ejemplo, dar a los chicos un trozo de cartulina para que escriban su nombre y lo pongan, a modo de rotulo, sobre la mesa, lo que me permite llamarles por su nombre, facilitando así  la interacción.

3. Sondear las expectativas que tienen con la asignatura: Siempre comienzo mis clases explorando las expectativas que los chicos tienen con la materia: ¿qué esperan de la clase de Religión?, ¿qué los motivó a apuntarse?, etc. En la medida en que los chicos van respondiendo, escribo sus aportes en la pizarra. 

A renglón seguido, les comento si esas expectativas son razonables, o se corresponden con la dinámica de la asignatura. Por ejemplo, si alguien dice que lo que quiere es ver películas, me ha pasado, es bueno decirle que de vez en cuando veremos alguna película como recurso, pero que en sí la clase no tiene como objeto ver películas.

4. Presentación del programa: Hagamos un comentario general del programa de Religión que vamos a desarrollar con el curso, indicando los principales núcleos temáticos de cada trimestre. Es interesante que nos apoyemos en toda la artillería que tengamos al alcance, se trata de motivarlos: una frase pegadiza que resuma el programa, una presentación en PowerPoint o un vídeo, un bonito dibujo en la pizarra, un esquema, etc. 

Tenemos que lograr despertar el interés, transmitir el mensaje de que se trata de un tema motivante. No podemos limitarnos a una mera exposición oral. 

Si tenemos planeada alguna actividad escolar complementaria este es el momento para darlo a conocer al alumnado.

5. El texto y el cuaderno de la asignatura: Escribamos en la pizarra el texto que utilizaremos en el curso, e informemos sobre la obligatoriedad de tener un cuaderno para la clase. Aquí sería interesante agregar sobre la necesidad de cuidar la presentación y el buen orden en la libreta.

6. Las reglas del juego: Establezcamos con el grupo algunas normas mínimas de funcionamiento de la clase. Mientras más concretas, mejor: esperar el turno de palabra, permanecer sentados en las mesas, traer el material escolar, hacer las actividades de clase y, sobre todo, guardar el respeto mutuo, en lo cual hemos de ser muy exigentes desde el primer día. 

Aunque en las primeras semanas apenas los conocemos, es bueno que los alumnos sepan que tenemos la autoridad para asignarles un lugar en el aula, si así lo consideramos importante en función del clima de la clase y el aprovechamiento escolar de los chicos.

7. El plan de evaluación: Presentar a los alumnos el plan de evaluación que hemos diseñado para el primer trimestre, indicando la ponderación de notas de cada item a evaluar y los aspectos que contempla: tareas, ya sean individuales o por pequeño grupo, la participación, las actitudes, etc.

Sería interesante comentar a los alumnos que serán evaluados en el desarrollo de sus competencias básicas a través de las tareas de aprendizaje que se les propongan a lo largo del curso.

8. Verificación del listado de alumnos: Tomando en cuenta que algunos alumnos están un poco despistados, sobre todo los primeros días de instituto, conviene revisar los listados de cada grupo: quienes están apuntados a Religión y quienes no, e informar a la Jefatura de Estudios los cambios que encontremos. En caso de duda, consultemos la matricula del alumno, a fin de garantizar que se respete la decisión del chico y/o de sus padres. 

9. Sondear los conocimientos previos: En la primera semana sería interesante hacer algún tipo de prueba, ya sea en forma oral o escrita, que nos permita explorar los conocimientos previos que tiene el grupo en relación a los contenidos de la asignatura de Religión. Basta por ejemplo, con un pequeño test o cuestionario, o si no queremos ser tan formales, y la dinámica del grupo lo permite, un sencillo diálogo abierto con el curso, que nos ayude a sondear su nivel de conocimiento sobre la Religión.

10. Una primera tarea: He descubierto que alimenta la motivación y el interés, terminar nuestro primer encuentro indicando alguna actividad sencilla que ellos deban realizar como tarea: una pequeña investigación en Internet, hacer un listado de los lugares religiosos de su comunidad, una pequeña lectura, un escrito de presentación de sí mismos, formulando una pregunta, etc.

Estos son los tips que propongo contemplar en la primera semana de clase, aunque no necesariamente en este orden ¿Es posible agregar alguno más? ¿Ustedes que opinan?